El Monte Arabí, declarado Monumento Natural y símbolo del patrimonio natural y cultural de Yecla, enfrenta un riesgo de degradación ambiental irreversible debido a la desidia de las administraciones públicas. Izquierda Unida-Verdes denuncia la inacción del Gobierno regional y el Ayuntamiento, ambos en manos de la derecha, que permiten que la presión humana ponga en riesgo este espacio único.
Con más de 300 especies de flora y 124 de fauna, entre ellas 12 protegidas por la Directiva Hábitat y 18 incluidas en la lista de aves de interés europeo, el Arabí es un refugio vital para especies como el águila real, la chova piquirroja y el búho real. Sin embargo, la masiva afluencia de visitantes los fines de semana, atraídos por sus paisajes y yacimientos arqueológicos, está alterando su frágil equilibrio. Pese a la prohibición de acceso a la cumbre para proteger la nidificación, la norma se incumple sistemáticamente, algo que IU-Verdes lleva años denunciando sin que la derecha actúe.
La formación crítica el enfoque cortoplacista de la derecha, que prioriza el turismo sobre la conservación de la naturaleza. "El Gobierno regional ni siquiera ha aprobado el Plan Rector de Uso y Gestión, un documento obligatorio que regularía las actividades permitidas y establecería medidas de protección", señala Alberto Martínez, portavoz de IU-Verdes. Además, el Ayuntamiento de Yecla, como propietario del monte, "no puede lavarse las manos: tiene la obligación de vigilar y preservar este espacio".
Ante esta situación, IU-Verdes reclama acciones inmediatas: campañas de concienciación para informar sobre la fragilidad del ecosistema, una mejor señalización de las zonas restringidas, control efectivo de los grupos organizados y presión a la Comunidad Autónoma para que destine recursos a la vigilancia y apruebe de una vez el Plan Rector. "No se trata de impedir por completo el disfrute del monte, sino de garantizar que las generaciones futuras puedan seguir conociéndolo", insiste Martínez.
Para la formación de izquierdas la ausencia de medidas significan un riesgo de que el Arabí pierda parte de su biodiversidad y de su magia de forma irreversible.