Este año 2021 se ha vuelto a repetir el ingente desperdicio de recursos hídricos durante los pasados meses de junio y julio en una gran finca de cultivos intensivos en el paraje del Boalage, en Yecla (Murcia), despilfarro causado por una gran empresa que pertenece a su vez a un grupo que factura (según su propia página web) unos 311 millones de euros. Se han abandonado millones de lechugas en un número muy difícil de precisar, pero que suponen gran parte del ciclo que se ha llevado a producción, gastando millones y millones de litros de agua del acuífero Jumilla-Villena, sobreexplotado a más del 500%, es decir, que se extrae cinco veces más agua de la que se recarga.
La Plataforma Ciudadana Salvemos el Arabí y Comarca se ha dirigido en un escrito presentado esta semana a la Confederación Hidrográfica del Segura para rogar y pedir amparo ante la situación de indefensión a la que nos enfrentamos los vecinos del Altiplano y sur de Albacete.
Desde hace cuatro años, estamos denunciando y documentando la gravísima situación de sobreexplotación de los acuíferos de nuestro territorio, viendo además cómo las grandes empresas de regadío industrial e intensivo de la Región de Murcia se han ido instalando en nuestras comarcas sin ningún tipo de restricción ni limitación en sus consumos de agua, multiplicando en muchos casos entre seis y ocho veces el consumo de agua de los cultivos tradicionales.
Para mayor desgracia, todos los años hemos asistido impunemente al abandono y destrucción de gran parte de las cosechas una vez han sido producidas: miles de toneladas de brócoli en 2017, miles y miles de toneladas de calabacín y lechuga en 2018, tres millones de lechugas en 2019, cinco millones de melones y sandías en 2020...
En algunos casos, además, estamos asistiendo a la puesta en regadío de terrenos y parcelas que no se han regado en los últimos treinta años.
El año pasado publicamos nuestro dossier Abuso de Acuíferos. El caso del Altiplano (Murcia) 2020. Algunas de las conclusiones que se pueden leer en el mismo son las siguientes:
"En los últimos 30 años, no se ha hecho en la práctica absolutamente nada para regular la actividad agrícola en el Altiplano o poner en orden las extracciones, a pesar de los mecanismos contemplados en la Ley de Aguas y la entrada en vigor de la Directiva Marco europea, por lo que la sobreexplotación no sólo no se ha reducido, sino que ha aumentado al menos 27,42 hm3/año desde 1990 a 2018".
"Mientras los cultivos tradicionales han ido disminuyendo su presencia, sobre todo el secano, la agricultura intensiva de hortalizas ha aumentado un 350% desde 2009, tanto en superficie cultivada como en consumo de agua. Esto ha llevado a que, en el caso concreto de Yecla, los hortícolas consuman ya más agua (10,54 hm3) que el resto de cultivos juntos (8,65 hm3)".
"Solamente estas dos Unidades de Demanda Agraria [la UDA 1 Yecla, y la UDA 5 Serral-Salinas] tienen unos derechos de más de 46 hm3/año, cuando recordemos que la recarga natural de los acuíferos en conjunto es de unos 25 hm3/año. Si sumamos la UDA 2 Jumilla (27,81 hm3), la UDA 3 Regadíos sobre Ascoy-Sopalmo (37,57 hm3), y la UDA 4 Regadíos del Ascoy-Sopalmo sobre Sinclinal de Calasparra (9,10 hm3), resulta que tenemos más de 120 hm3 de derechos digitalizados para regadío solo en la parte del Segura, casi 5 veces más derechos que recarga natural".
"Esto significa que la sobreexplotación se está produciendo de forma legal (salvo algunos casos en los que se haya cometido o se pueda estar cometiendo fraude o delito). Desde que entró en vigor la Ley de Aguas de 1985, se ha estado procediendo al vaciado sistemático de los acuíferos de nuestra comarca amparados por la legalidad de las concesiones administrativas. Esta situación es responsabilidad directa de las confederaciones del Júcar y del Segura por haber concedido derechos sin haber recursos renovables suficientes, es decir, otorgando derechos para sobreexplotar; así como de los gobiernos autonómicos de la Región de Murcia y Comunidad Valenciana por no regular convenientemente la actividad agraria en lo que respecta a los regadíos".
Además de todo ello, ahora tenemos la amenaza más que palpable de la incursión de la ganadería industrial en nuestro territorio: una industria que, una vez que se instale y empiece a proliferar en nuestra comarca, demandará cada vez más recursos hídricos de forma permanente, sin posibilidad de regular su consumo, lo cual es un auténtico disparate y una aberración en la situación actual de desprotección en la que se encuentran nuestros acuíferos.
Por todo lo anterior, hemos solicitado a la CHS lo siguiente:
1) Que se detengan de forma inmediata en el Altiplano y sur de Albacete todos los regadíos intensivos de monocultivos hortícolas, frutales de hueso y uva de mesa que se han instalado en los últimos cinco a diez años por parte de grandes empresas que utilizan estos recursos hídricos para una producción especulativa y de contingencia, lo que deriva en muchos casos en abandono masivo de cosechas, lo que se traduce en pérdida de recursos irrecuperable. El uso de estos recursos es a todas luces un uso irracional e irresponsable, y contribuye al agotamiento de los acuíferos a un ritmo acelerado.
2) Que se mantengan los regadíos de mantenimiento, apoyo o socorro a los cultivos tradicionales de la zona, así como a cultivos novedosos pero que no requieran cantidades elevadas de agua para su producción y desarrollo, como el caso de las aromáticas.
3) Que no se conceda ningún cambio de uso de agua de agrícola a ganadero cuyo fin sea la producción masiva, intensiva, industrial y estabulada de ganado, especialmente porcino, avícola y bovino, bajo las pautas, técnicas, métodos y procedimientos de una ganadería fuertemente industrializada, cuyos animales no pastorean ni ven el sol, y todo ello debido a la situación de sobreexplotación de nuestros acuíferos, lo cual pondría en peligro todavía más la vulnerabilidad de los mismos. No obstante, hemos solicitado que se mantenga el agua destinada a la ganadería tradicional y a su desarrollo equilibrado.
4) Que no se conceda especialmente el cambio de uso de agua de agrícola a ganadero a la mercantil CEFU, S.A., filial del Grupo Fuertes-ElPozo, cuyo objetivo es construir varias explotaciones porcinas junto al Monte Arabí y Cerro de los Santos con una capacidad para más de 26.000 cerdos. Conceder el agua a este proyecto de ganadería industrial supondría la instalación y asentamiento de esta industria en nuestro territorio con la proliferación de decenas de cebaderos de porcino por toda la comarca, con la consiguiente demanda de agua permanente en constante aumento, lo cual es una irresponsabilidad dada la situación de sobreexplotación de nuestros acuíferos, ya que todo indica que a la larga no se podrá mantener dicho desarrollo de ganadería industrial en expansión.
"Han pasado más de 30 años sin que el organismo de cuenca haya hecho nada para frenar la sobreexplotación de nuestros acuíferos, es más, en cierta manera lo ha consentido al otorgar cinco veces más derechos de agua que recarga natural. Creemos que ha llegado el momento de tomar medidas antes de que siga aumentando el regadío industrial y de que se instale y prolifere la ganadería industrial en nuestro territorio", remarcó Alejandro Ortuño, portavoz de Salvemos el Arabí y Comarca.
Fotografías: abandono de millones de lechugas en el paraje del Boalage (Yecla), durante los meses de junio y julio. Se puede observar claramente el proceso de degradación del cultivo por no haber sido recogido: las fotografías están fechadas entre el 4 de junio y el 15 de julio.