Miguel Ortuño Palao. In memoriam
"Yo deseo que el mañana sea cada vez más justo, hermoso y solidario". Miguel Ortuño Palao dejó su deseo escrito en el prólogo de su libro Yecla, día a día (1991). Un deseo que ha mantenido activo hasta cumplir más de 19 lustros. Hoy, don Miguel ha fallecido en Yecla, su pueblo natal y el lugar donde se forjaron todos sus libros. El lugar de su magistral docencia, de su inspiración investigadora y de sus tertulias amistosas.
Meritorio profesor, reconocido escritor y excelente orador, Miguel Ortuño Palao ha sido un distinguido académico numerario de la Real de Alfonso X el Sabio, cuyo ingreso tuvo lugar en Yecla en 1981, siendo la primera vez que la Academia salía de Murcia para realizar la asamblea del nombramiento. La biografía del cura-obispo Antonio Ibáñez Galiano centró su discurso de ingreso en la citada academia. Un estudio excepcional reeditado en noviembre de 2019 como parte de la colección de publicaciones conmemorativas del 150o aniversario de la consagración de la basílica de la Purísima de Yecla. Un trabajo que puede considerarse el último de los encargos a los que dedicó sus tareas investigadoras, junto a los informes que realizó sobre la nueva imagen del Escudo de la ciudad de Yecla, presentado recientemente de forma oficial.
Tal era el respeto y la dedicación de Miguel Ortuño a la institución académica que asistió, por última vez, a la sesión ordinaria del Pleno de la Academia, celebrada el 5 de junio de 2018. Asimismo, Miguel Ortuño Palao fue nombrado Cronista Oficial de la Ciudad de Yecla por el Pleno del Ayuntamiento en 1982, que también le otorgó la Medalla de Oro, máximo honor municipal que concedía el consistorio yeclano por primera vez en su historia.
Arraigado a la fe católica y defensor de las instituciones públicas y el Estado español, Miguel Ortuño se caracterizó por ser ávido lector, honesto historiador y notable erudito. Está considerado uno de los mejores conocedores de la historia de Yecla y de ello dan cuenta los 14 libros publicados y los cientos de artículos, conferencias, ponencias y colaboraciones de carácter literario, histórico y biográfico que engloba toda su bibliografía.
La trayectoria cultural de Yecla de los últimos 75 años está unida a Miguel Ortuño Palao, quien fuera primer director de la Casa Municipal de Cultura y catedrático de Lengua y Literatura Españolas y profesor de más de 5.000 alumnos de Enseñanza Secundaria y Bachillerato en el Instituto Azorín de Yecla. Consecuencia de su gran proyección intelectual y docente es que un colegio y una calle de Yecla están rotulados con su nombre, reconociéndole así su contribución a la enseñanza y la investigación histórica de su pueblo natal.
Tampoco pasa desapercibida entre las actas y sumarios su colaboración y dedicación plenas en el desarrollo social y cultural de la ciudad, formando parte de comisiones relacionadas con la Biblioteca Municipal y el Archivo Histórico, las Fiestas Patronales de la Virgen del Castillo y otras entidades como la Caja de Ahorros, los Padres Escolapios, la parroquia de San José Artesano o la congregación de monjas concepcionistas que permaneció desde 1875 hasta 2016 en el monasterio de clausura del Sagrado Corazón de Jesús de Yecla.
Yecla siempre
Si Miguel Ortuño se ha dedicado a investigar los orígenes históricos y las tradiciones de la ciudad de Yecla, igual o más importante ha sido para él la fidelidad a su familia y la admiración por sus amigos y compañeros. Siempre hizo gala de haber nacido en la casa de la "Cruz de la Matona", en la calle de Quevedo, en pleno centro del callejero medieval de la ciudad. Esa casa que ilustra la cubierta del libro Los nombres de las calles de Yecla (2003), que Miguel Ortuño publicó junto a Carmen Ortín Marco, su esposa y compañera de vida, de docencia y de investigación. Ambos publicaron también el Diccionario del habla de Yecla (1999).
Y criaron y educaron a sus cinco hijos, Miguel, Fernando, Mari Paz, Ignacio e Inma. Porque la familia ha sido fundamental para Miguel Ortuño. A la familia, a su esposa, a sus cinco hijos y a sus ocho nietos ha dedicado tiempo, esfuerzo y cariño. Ellos recuerdan cómo don Miguel les enseñaba en las sobremesas las curiosidades de la lengua española, y aprendían a conjugar los verbos irregulares, y a conocer el significado de extrañas palabras y sugestivos sinónimos, y la rareza de los gentilicios españoles.
Miguel Ortuño también fue un apasionado de los viajes. A pesar de que nunca tuvo carnet de conducir, visitó todas las provincias de la Península ibérica, especialmente cada una de sus capitales, estudiando su historia e investigando las posibles relaciones con la ciudad de Yecla. Porque Miguel Ortuño ha sido preciso, minucioso y disciplinado en su tarea como historiador y como cronista, con fidelidad a las fuentes y con verdadero cariño por su pueblo.
Hasta sus últimos días cultivó Miguel Ortuño ese hábito tan español de la tertulia y el café con amigos. Largas charlas centradas en cualquier tema de actualidad política, religiosa, social, literaria, artística, festiva… de todo y con todos hablaba. Y a quienes quisieron contrastar datos para sus investigaciones, ampliar bibliografía para sus estudios, conocer la genealogía de sus apellidos, solicitar una presentación o un prólogo para una publicación, o consultar cualquier otro asunto, a ellos también recibió y atendió don Miguel en la asombrosa sala de estudio y biblioteca de su hogar familiar, con sencillez y amabilidad; con una cortesía casi desconocida en nuestros días y un trato entrañable digno de admiración. Por todo ello, cientos de yeclanos agradecidos le recordarán siempre.
Y así ha transcurrido la intensa y larga vida de Miguel Ortuño Palao, entre la devoción, el entusiasmo, el rigor, la admiración y el conocimiento; entre libros, aulas, archivos, templos, escritorios, salones y tertulias. Un personaje ilustre e ilustrado. Un yeclano de nacimiento y por convicción. Sit terra levis. D.E.P.