La época más dura del invierno ha llegado y el Equipo de Gobierno del Partido Popular no ha sido capaz, otro año más, de implementar las políticas necesarias dirigidas a prevenir y paliar la pobreza energética existente en nuestra ciudad. Y ello a pesar de que desde junio de 2018 existe un informe elaborado por el Observatorio de la Exclusión Social de la Universidad de Murcia que concluye que existe un importante sector de la población yeclana que sufre ese fenómeno.
Ya en enero de 2014, el Grupo Municipal de Izquierda Unida-Verdes presentó una proposición al Pleno del Ayuntamiento pidiendo la elaboración de un Plan contra la pobreza energética, pero no fue hasta el año 2016 cuando el Partido Popular decidió aceptar los continuos requerimientos y preguntas que estuvimos haciendo al respecto, encargando un informe a la Universidad de Murcia para que analizara esta situación en nuestra ciudad.
Aunque el estudio ha tardado más de dos años en llegar, y se ha realizado únicamente desde la perspectiva de la población vulnerable, lo que a nuestro juicio refleja unos resultados que pueden no corresponderse con la realidad, establece unas conclusiones que no se pueden obviar.
El Informe Ejecutivo del Observatorio de la Exclusión Social ha puesto de manifiesto que la pobreza energética es una realidad en nuestra ciudad y que los hogares y familias yeclanas que la sufren presentan altas tasas de paro y elevados niveles de pobreza y de privación material.
La pobreza energética depende fundamentalmente de tres componentes: los ingresos familiares, los costes de la energía y la calidad de la vivienda.
Algunos de los datos que han arrojado las encuestas llevadas a cabo por el equipo del Observatorio de la Exclusión Social son los siguientes:
La población yeclana vulnerable en edad de trabajar tiene una tasa de paro del 64%, tratándose además de un desempleo estructural o de larga duración.
Del total de los yeclanos en situación de vulnerabilidad, el 54% dispone de menos de 564 euros al mes, lo que los coloca en el umbral de pobreza regional, correspondiendo la mayor tasa de pobreza a los menores y los jóvenes.
De esas personas que se encuentran en situación de pobreza, un 68,8% reconoce que no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos, de forma que han debido reducir sus gastos en electricidad y otros suministros.
Casi la mitad de los hogares vulnerables no pueden permitirse equipar su vivienda con calefacción. Y casi el 40% de esas familias ni siquiera puede permitirse mantener su vivienda a una temperatura adecuada durante los meses fríos.
En base a todos estos datos, el estudio concluye que hay un importante sector de la población yeclana que se encuentra en riesgo de pobreza energética y que necesita la ayuda de nuestro Ayuntamiento, que tendría que haber puesto en marcha ya todas las medidas necesarias para prevenirla y paliarla. No hay que olvidar que estamos hablando de una situación que afecta a la salud de las personas, agrava enfermedades crónicas y puede afectar a la esperanza de vida. La pobreza energética mata y por eso combatirla debería ser una prioridad, también en nuestra ciudad.
Sin embargo, la pretendida austeridad en el gasto social, de la que todavía sigue presumiendo el PP de Yecla, impide ayudar a las familias y hogares yeclanos con bajos ingresos económicos, que van a ver pasar otro invierno más sin tener garantizadas unas condiciones mínimas de bienestar, puesto que el Equipo de Gobierno no ha sido capaz de poner en marcha el Plan de pobreza energética.